El arte de guiar a “viva voce” o “voz viva”, implica el uso del cuerpo humano con todas sus capacidades de expresión. Es la comunicación entre un Guía de Turismo y los turistas.
El Guía transmite un mensaje en forma clara e interesante, con explicaciones sin intención política ni discriminación; pero sí con contenido, con veracidad, con buena expresión, con interés y motivación. Este intercambio permite el buen entendimiento y valorización de la cultura o recurso turístico del lugar visitado, de tal forma que el visitante se convierta en un entusiasta difusor.
Si el Guía no genera esto, todo el esfuerzo realizado durante la promoción y venta del producto turístico, corre el serio riesgo de ser desperdiciado y peor, aún, perder la multiplicación de posibles nuevos visitantes.
El arte de guiar alterna largas y reflexivas explicaciones con otras breves y fáciles para ayudar al turista a entender, dándole la bienvenida y honrándolo como a un invitado, acercándole todas las manifestaciones de la cultura de la población local. Este es, justamente, el desafío del Guía de Turismo, hacer hablar a las paredes para que cuenten su historia. Por ello su formación profesional, su propia experiencia, sumada a la continúa capacitación en las áreas necesarias y a las de su preferencia, lo convertirán en el cicerón necesario de un producto final con excelente calidad.
El rol y función del Guía de Turismo es la de dar la bienvenida, organizar, informar y entretener al visitante. La FEG (FEDERACION EUROPEA DE ASOCIACIONES DE GUIAS), define al rol del Guía como: “orientar y guiar al visitante (en el idioma en que lo hayan solicitado) sobre el atractivo en cuestión, interpretando la cultura misma.”
Agregan, “el rol del Guía es liderar grupos o personas, mostrándoles monumentos, museos y sitios de un lugar, dando una introducción general del área visitada o llevando a cabo una visita específica o temática.”
El Guía es una persona amable, con una personalidad agradable que despierta el interés de disfrutar de su compañía. Sabe controlar su temperamento, ser sonriente y educado. Su forma de hablar es clara, pausada, usa las palabras adecuadas y no vulgares, que en el caso de hablar un idioma extranjero lo hace en forma fluida.
El Guía garantiza un servicio, una atención y una profesionalidad. Muestra una imagen que intentamos valorizar diariamente, respetar y hacerla respetar, darla a conocer y tenerla presente en todas las manifestaciones turísticas, públicas o privadas. Quienes actúan en esta profesión sin cobrar los honorarios que les corresponde obteniendo sus ganancias a costa de comisiones o favores de pasajeros, no deben ser considerados Guías de Turismo.
Siendo el Guía la imagen visible de una agencia, el primer contacto y seguramente el último, la importancia de su presencia y buena imagen es fundamental ya que la misma permanecerá latente en el recuerdo de los visitantes.
Su Guía debe poseer una Licencia otorgada por la autoridad competente, hoy es la Consejería de Turismo de la Junta de Andalucía. Quienes pertenecen a esta Asociación tienen además la credencial que los individualiza. Para su seguridad incluimos una muestra.
El Guía de Turismo ofrece:
- Un servicio profesional, cuidado y comprometido.
- Información objetiva, libre de prejuicios y propaganda.
- Información fehaciente y verdadera, diferenciándola de sus opiniones, de datos anecdóticos o de relatos que se originen en tradiciones y leyendas populares.
- Además, cuida que cada visitante respete el ámbito que visita (monumentos, atractivos y costumbres locales).
- Supervisa el itinerario previsto, asegurándose de que se brinden todos los servicios del programa.
- Está atento a la comodidad y seguridad del pasajero.
- Brinda toda la asistencia necesaria en caso de dificultad y/o emergencia.